Historia y orígen

La historia del Weimaraner comienza con el Gran Duque Carl August y los nobles de la corte de Weimar. El Gran Duque conocido como el cazador entre los reyes y el rey entre los cazadores, seleccionó la raza gris plata para la caza en sus bosques.

 

"Un espectro gris en medio de la pradera cubierta por la bruma,
con la pata delantera levantada; 
una ilusión óptica de plata líquida que se diluye en la niebla.
Dos ojos dorados acechando."

 

Al igual que su imagen fantasmagórica, la historia del Weimaraner esta difuminada por la especulación.

Según la tradición alemana, no sólo el tiempo ha anulado las trazas del origen de la raza, sino que tal vez fueron anuladas deliberadamente por los nobles de esa época, para que este magnífico ejemplar sea exclusivo de la corte de Weimar.

La teoría hoy acredita que proviene de Francia e indirectamente del norte de África. Se piensa esto por el color del pelaje, similar al de la raza de Saint Louis. El color gris es una característica hereditaria recesiva, por lo que se deduce que fue seleccionado para obtenerlo.

La cabeza con el hueso occipital ligeramente pronunciado, al igual que el implante de las orejas, están presentes también en el perro gris de Saint Louis. La cola no cortada tiene una curvatura particular que recuerda a la cola del Saluki. El excepcional olfato, puede ser considerado una característica heredada de los antiguos Leithund de Tracia, que nos retrotraen a un momento anterior de la creación de la República de Weimar.

En el siglo XIII, Luis IX de Francia, regresando de una cruzada al norte de África, llevó consigo ejemplares del que después se lo llamó el perro gris de Saint Louis, muy utilizado en Francia para el rastreo y captura de piezas en los bosques. Esta raza no convivía con los otros perros, vivía con sus cuidadores, lo cual puede explicar la unión con hombre y la necesidad de estar en familia de los Weimaraners actuales.

En el siglo XV, otros perros grises fueron llevados a Europa desde Asia. Finalmente el Gran Duque Carl August, un apasionado de todo perro de caza, selecciona la raza, busca y encuentra viejas líneas francesas, y siguiendo la tendencia de la época, un perro versátil y ágil, y las cruza probablemente con pointers españoles y algunas otras razas.

A fines del siglo diecinueve, el Weimaraner era el rey de los perros de caza, era un perro tímido y un tanto temeroso, que debía ser tratado bien y con dulzura, hablándole en tono bajo. En 1882 el Braco de Weimar era ya una raza bien conocida y afirmada gracias a su versatilidad, y era usado por los cazadores profesionales y guardias forestales.

El reconocimiento oficial de la raza no fue simple de obtener, pero finalmente en 1897 nace el Club Alemán. Después de la Segunda Guerra Mundial, la zona americana había prohibido la caza y la posesión de las armas de fuego, y es por eso que muchos Weimaraners fueron exportados. En 1951 se retomó la selección basándose en un estándar y rendimiento en el campo.

Durante muchos años se hicieron suposiciones del origen de esta raza, evaluando que fueron el resultado de cruzas con Kurzhaar, Bloodhound, Pointer y hasta una mutación genética del Kurzhaar. Hoy el origen es más claro, gracias a los estudios de los apasionados de esta raza, a pinturas de la época y al estudio de la genética del color. La exportación después de la Segunda Guerra Mundial, explica el boom en Estados Unidos de la raza. Hoy los conocemos como los fantasmas de plata o fantasmas grises gracias a los soldados americanos que los veían pasar moviéndose elegantemente por los campos alemanes.

El verdadero desarrollo de la raza fue en los años 50, cuando el Weimaraner fue considerado un perro de buen gusto, de alta clase, de inteligencia casi humana. Algunos ejemplares acompañaron a Grace Kelly, Eisenhower, Brad Pitt y a Roy Rogers. Hoy se registran más de 500 cachorros por mes. En los Estados Unidos la raza es revalorizada en todos los sentidos: rastreo, captura de presa, perro guía, narcotráfico, guarda, agility y compañero.